Una de las grandes preocupaciones que tienen los empresarios al contratar una asesoria para la implementación de su sistema de gestión de calidad es saber como podrán recuperar la inversión realizada o por lo menos como podrán beneficiarse del mismo.
Algunos puntos a tener en cuenta son:
1. La implementación de un sistema de gestión de calidad debe partir de una estrategia pensada. Es decir debe surgir como una respuesta a un planteamiento estratégico, con unos objetivos y metas claras de cumplimiento.
2. Muchos empresarios buscan la certificación solo por el hecho de obtener el certificado de ISO. Si bien es cierto que en el desarrollo de la implementación del sistema de gestión de calidad, se logra mejorar o por lo menos normalizar los procesos con los requisitos de norma ISO, eso no quiere decir que haya cultura de calidad y mucho menos que se obtengan beneficios del mismo. A esto lo llamo sistemas de gestión de calidad de papel. En el cual se aceita la maquinaria administrativa para producir documentos que soporten una auditoría de otorgamiento o de seguimiento.
3. Este tipo de implementaciones provocan a la larga sobrecostos administrativos. Porque el empresario debe pagar la asesoria, la auditoria de otorgamiento, las auditorias de seguimiento y la de renovación y todos los gastos administrativos que esto conlleve, sin obtener una real mejora continua de sus productos y servicios que generen el retorno de la inversión. He escuchado a algunos empresarios referirse a la certificación ISO, como “un negocio bien montado” en alusión precisamente a que el sistema no les esta generando beneficios, por lo menos aparentemente.
4. Una buena consultoría debe establecer desde el inicio unos objetivos de calidad medibles, con enfásis especialmente en lo financiero, para que sea tangible el retorno sobre la inversión. Un buen sistema de calidad debe crear cultura, reducir las fallas, los defectos de producción, las devoluciones, los pagos de garantías y evitar posibles demandas a la empresa.
En resumen:
- Establezca desde el direccionamiento estratégico de su empresa las razones de certificarse con la Norma ISO.
- Defina que objetivos de calidad desea alcanzar, especialmente los relacionadas con fallas de calidad como reducir la tasa de productos defectuosos, las fallas internas de los procesos, las devoluciones de productos, los pagos de garantías entre otros.
- Establezca el costo actual que estas fallas de calidad le estan generando.
- Defina las metas para cada objetivo, en unidades, % y $, así sabrá cuanto cumplimiento ha logrado.
- Establezca desde el principio, con su asesor, planes de acción para reducir o eliminar estas situaciones.
- Compare los costos por fallas de calidad contra los costos de implementar y mantener un sistema de calidad.
Este solamente es uno de los aspectos con el que se puede medir el retorno de la inversión de un sistema de calidad. Hay otros como los relacionados con la imagen pública, la satisfacción del cliente, la responsabilidad social que ayudan a posicionar la empresa en el mercado.
5. En el CGE, Consultoría Especializada lo hacemos así, porque creemos por principio que una auténtica calidad debe beneficiar a la sociedad. A la vez que debe permitir al empresario diferenciarse realmente de la competencia y no simplemente obtener el certificado. Todo esto obviamente es decisión del empresario, pero como consultores estamos en la obligación de aclararlo.
Muy clara la explicación, y debería ser una meta de cada negocio, ya que es una manera de producir con eficiencia; y mantener la política de que no es un costo sino, una buena inversión. Claro que esta estrategia depende de la responsabilidad y la disciplina ejercida en cada empresa.